martes, 23 de junio de 2015

La comunicación como elemento fundamental en Educación Infantil.


    Bien es sabida por toda la sociedad, la importancia de la comunicación en nuestros días, ya que estamos rodeados de diferentes medios que nos acercan la información de multitud de formas, pero ¿cómo se trabaja la comunicación en Educación Infantil?

   Gracias a la perspectiva sociointeraccionista hemos comprendido que tanto la concepción global que tiene el lenguaje (ya que no se puede fragmentar en partes ni reducirlo a un solo ámbito de nuestra vida) como su situación en contextos comunicativos son necesarias para el desarrollo del lenguaje. Por lo que, además de la función empleada por el cerebro en la adquisición de éste, los niños/as necesitan de sus familias y de otros adultos que tengan un papel activo en el proceso de construcción del lenguaje. En este punto es donde entramos en juego los/as docentes de Educación Infantil, proporcionándoles diferentes situaciones comunicativas que les ayuden a aumentar y mejorar de forma progresiva su comunicación. (Acosta, V. 2003)

La comunicación nos sirve para conectar con otras personas, expresar nuestras ideas, sentimientos, opiniones, gustos… así como establecer lazos de amistad, informar sobre hechos, enseñar, debatir, solucionar conflictos…  Son muchas las funciones de la comunicación, por ello debemos crear situaciones que toquen todas y cada una de ellas. La asamblea, en Educación Infantil, se convierte en el lugar idóneo donde llegar a cabo las diferentes funciones comunicativas. En ella podemos hacer que los niños/as expresen sus sentimientos mediante un cariñograma o que debatan pequeños conflictos que surjan en clase como quién ha empujado a quien. No solo debemos crear estas situaciones sino que también debemos enseñarles a jugar con el lenguaje mediante retahílas, trabalenguas, canciones, cuentos… aumentando sus posibilidades de acción.

  Son muchos niños y niñas los/as que desafortunadamente no cuentan con un contexto comunicativo muy amplio en su familia, por lo que la escuela debe cumplir con su función compensatoria, creando igualdad de condiciones en todo el alumnado. Del mismo modo, podemos encontrarnos con niños/as que sufran dificultades de aprendizaje en el lenguaje como pueden ser el Trastorno Específico del Lenguaje, Disglosias, Praxias, Dislalias, etc., que dificultan el acceso de estos niños/as al lenguaje.




Según los estudios realizados por diferentes autores, entre los que destacamos a Juárez y Monfort (2002), manifiestan que la mejor forma de adquirir los aprendizajes es acercándolos a la propia vida, es decir, a situaciones comunicativas reales. Así pues, podemos afirmar que para cumplir con esta declaración, el trabajo por proyectos es el que ofrece una respuesta más apropiada.

El trabajo por proyectos aporta una participación más activa por parte del alumnado, algo fundamental si lo queremos es mejorar la comunicación de los aprendices. Igualmente, esta metodología nos hace tener en cuenta aspectos imprescindibles como son las características del niño/a, de su familia, del entorno escolar y del entorno social en el que se desenvuelve habitualmente. De esta forma, podremos atender a cada uno/a de ellos/as proporcionándoles la intervención necesaria pero sin ningún tipo de exclusiones.


   Podremos llevar diferentes programas de estimulación del lenguaje a nuestra clase, siempre dentro del proyecto trabajado en la misma y respondiendo a las situaciones cotidianas de las que hablábamos anteriormente. Unos buenos ejemplos son el propuesto por la FEPAL en 2009 o la “Guía práctica de estimulación del lenguaje oral” del CEPE, J. C. Arriaza.

   No debemos olvidar que la comunicación es la clave para trabajar todas las áreas y competencias que nos marca el currículum de Educación Infantil, por lo que debemos tener en cuenta su importancia social y personal y nuestra labor, como docentes, de acercarlo de la mejor forma posible. No se trata de un trabajo fácil pues requiere tiempo y dedicación, se debe investigar, estudiar, evaluar… hasta llegar a conseguir la mejor forma de enseñar a comunicar.



Referencias:

Acosta, V. (2003). Las prácticas educativas ante las dificultades del lenguaje. Una propuesta desde la acción. Ars Medica: Barcelona.

FEPAL en 2009

Guía práctica de estimulación del lenguaje oral” del CEPE, J. C. Arriaza.

Juárez, A. & Monfort, M. (2002). Estimulación del lenguaje. Santillana: Madrid.



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