Bien
es sabida por toda la sociedad, la importancia de la comunicación en nuestros
días, ya que estamos rodeados de diferentes medios que nos acercan la
información de multitud de formas, pero ¿cómo se trabaja la comunicación en
Educación Infantil?
Gracias
a la perspectiva sociointeraccionista hemos comprendido que tanto la concepción
global que tiene el lenguaje (ya que no se puede fragmentar en partes ni
reducirlo a un solo ámbito de nuestra vida) como su situación en contextos
comunicativos son necesarias para el desarrollo del lenguaje. Por lo que,
además de la función empleada por el cerebro en la adquisición de éste, los
niños/as necesitan de sus familias y de otros adultos que tengan un papel
activo en el proceso de construcción del lenguaje. En este punto es donde
entramos en juego los/as docentes de Educación Infantil, proporcionándoles
diferentes situaciones comunicativas que les ayuden a aumentar y mejorar
de forma progresiva su comunicación. (Acosta, V. 2003)
La
comunicación nos sirve para conectar con otras personas, expresar nuestras
ideas, sentimientos, opiniones, gustos… así como establecer lazos de amistad,
informar sobre hechos, enseñar, debatir, solucionar conflictos… Son muchas las funciones de la comunicación,
por ello debemos crear situaciones que toquen todas y cada una de ellas. La
asamblea, en Educación Infantil, se convierte en el lugar idóneo donde
llegar a cabo las diferentes funciones comunicativas. En ella podemos hacer que
los niños/as expresen sus sentimientos mediante un cariñograma o que debatan
pequeños conflictos que surjan en clase como quién ha empujado a quien. No solo
debemos crear estas situaciones sino que también debemos enseñarles a jugar
con el lenguaje mediante retahílas, trabalenguas, canciones, cuentos…
aumentando sus posibilidades de acción.

Según los estudios realizados por diferentes
autores, entre los que destacamos a Juárez y Monfort (2002), manifiestan que la
mejor forma de adquirir los aprendizajes es acercándolos a la propia vida, es
decir, a situaciones comunicativas reales. Así pues, podemos afirmar que
para cumplir con esta declaración, el trabajo por proyectos es el que ofrece
una respuesta más apropiada.
El
trabajo por proyectos aporta una participación más activa por parte del
alumnado, algo fundamental si lo queremos es mejorar la comunicación de los
aprendices. Igualmente, esta metodología nos hace tener en cuenta aspectos
imprescindibles como son las características del niño/a, de su familia, del
entorno escolar y del entorno social en el que se desenvuelve habitualmente. De
esta forma, podremos atender a cada uno/a de ellos/as proporcionándoles la
intervención necesaria pero sin ningún tipo de exclusiones.
Podremos
llevar diferentes programas de estimulación del lenguaje a nuestra
clase, siempre dentro del proyecto trabajado en la misma y respondiendo a las
situaciones cotidianas de las que hablábamos anteriormente. Unos buenos
ejemplos son el propuesto por la FEPAL
en 2009 o la “Guía práctica de
estimulación del lenguaje oral” del CEPE, J. C. Arriaza.
No
debemos olvidar que la comunicación es la clave para trabajar todas las áreas y
competencias que nos marca el currículum de Educación Infantil, por lo que
debemos tener en cuenta su importancia social y personal y nuestra labor, como
docentes, de acercarlo de la mejor forma posible. No se trata de un trabajo
fácil pues requiere tiempo y dedicación, se debe investigar, estudiar, evaluar…
hasta llegar a conseguir la mejor forma de enseñar a comunicar.
Referencias:
Acosta, V. (2003). Las prácticas educativas ante las dificultades del lenguaje. Una
propuesta desde la acción. Ars Medica: Barcelona.
FEPAL en 2009
Guía
práctica de estimulación del lenguaje oral” del CEPE, J. C. Arriaza.
Juárez, A. & Monfort, M. (2002). Estimulación del lenguaje. Santillana:
Madrid.
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