¿Por qué es importante trabajar las emociones?
Consideramos que las competencias emocionales y afectivas son aspectos que forman parte de nuestras vidas desde que nacemos, de ahí la importancia de que se trate desde que los niños son pequeños puesto que van a intervenir en todos los procesos evolutivos, ayudándoles a conseguir un nivel adecuado de bienestar personal y social. Es decir, pensamos que la escuela debe preparar para la vida, por lo que es necesario que se tengan en cuenta estas competencias emocionales para conseguir así un desarrollo integral, siendo este el fin último de la educación infantil.
Consideramos que las competencias emocionales y afectivas son aspectos que forman parte de nuestras vidas desde que nacemos, de ahí la importancia de que se trate desde que los niños son pequeños puesto que van a intervenir en todos los procesos evolutivos, ayudándoles a conseguir un nivel adecuado de bienestar personal y social. Es decir, pensamos que la escuela debe preparar para la vida, por lo que es necesario que se tengan en cuenta estas competencias emocionales para conseguir así un desarrollo integral, siendo este el fin último de la educación infantil.
Por otro lado, podemos decir que el tratamiento de estas competencias en las primeras edades ayuda a prevenir conductas de riesgo en el futuro, cómo pueden ser conductas desafiantes, el consumo de sustancias estupefacientes…
En resumen, las competencias socioemocionales son competencias determinantes en cuanto a la formación de la personalidad, de las relaciones tanto presentes como futuras y del éxito profesional. Si bien, no solo debe trabajarse en la escuela sino que debe ser una responsabilidad compartida entre escuela y familia.
Por último, otra de las razones por la que es importante la educación emocional es que en el entorno escolar es necesario el desarrollo de unas competencias que favorezcan la convivencia, la comunicación con los demás, el bienestar, la armonía…
Todo esto nos lleva a considerar que en la escuela debemos enseñar a los alumnos a ser emocionalmente más inteligentes, dotándoles de estrategias de unas habilidades emocionales básicas puesto que, como ya hemos dicho anteriormente, muchos de los problemas de los adultos tienen como base el analfabetismo emocional Por ello, el docente debe tener conciencia de sus propias emociones y procesos emocionales para poder actuar en consecuencia, ser capaz de controlar sus emociones para afrontar de modo eficaz los diferentes acontecimientos y situaciones, ser capaz de automotivarse y tener las habilidades sociales necesarias para crear y mantener relaciones. Es esencial que el docente lo lleve a cabo puesto que es la figura de referencia del niño en la escuela.
Concluimos destacando la importancia del trabajo de emociones dentro de un aula con la metodología por proyectos, ya que esta metodología debe abarcar todos los ámbitos de desarrollo del niño sin excepciones y, como hemos explicado durante el post, este ámbito es básico y esencial.
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